¿Qué es el IVA o Impuesto sobre el Valor Añadido? 2025
- Javier Rodríguez Pérez
- Iva
- 02 Jul, 2024
- Actualizado: 06 Jun, 2025
El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), un pilar, sí, un pilar de nuestra economía moderna. Nos afecta a todos, seamos consumidores o empresarios. Y, ¿alguna vez te paraste a pensar cómo, exactamente, este impuesto se cuela en cada compra que hacemos? Descubre aquí qué es el IVA y cómo funciona, todo.
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¿Qué es el IVA y en qué consiste?
El IVA, o Impuesto sobre el Valor Añadido, es uno de esos impuestos que te encuentras en casi todas partes, ¿verdad? De los más comunes y extendidos a nivel mundial. La mayoría de los países lo aplican, y no es para menos: es una fuente bien importante de ingresos fiscales.
En esencia, y esto es clave, el IVA es un impuesto indirecto que grava el consumo de bienes y servicios. Ojo, en cada etapa de su producción y distribución, desde que se fabrica algo hasta que llega al consumidor final.
Este impuesto es, digámoslo así, una pieza fundamental en el entramado fiscal de cualquier país. No solo porque representa una fuente de ingresos para el estado que no es moco de pavo, sino porque también tiene un impacto directo, muy directo, en la economía y en el día a día de los ciudadanos. La relevancia del IVA, su importancia, radica en esa capacidad que tiene para generar ingresos fiscales de una manera eficiente y, comparado con otros impuestos, relativamente sencilla de administrar.
Y no es como los impuestos directos, ¿sabes?, como el de la renta, que van directos a los ingresos de una persona o una empresa. No. El IVA va ahí, metidito en el precio de los bienes y servicios, y al final, quien lo paga es el consumidor final. Por ejemplo, cuando compras algo en una tienda, el precio que desembolsas ya lleva el IVA. Luego, la tienda se lo manda al gobierno. Así se asegura una recaudación continua, a lo largo de toda la cadena.
Un aspecto muy suyo, del IVA, es cómo esquiva la doble imposición. Porque claro, cada empresa en la cadena de suministro puede deducirse el IVA que pagó en sus compras. Así, solo remite al gobierno la diferencia. De esta forma, el IVA, en efecto, grava únicamente el valor que se añade en cada paso, y no el coste total del producto una y otra vez.
Tipos de IVA
Si hablamos de España, pues tenemos varios tipos impositivos del IVA. Estos se aplican a diferentes productos y servicios. Vamos a verlos: el tipo general, el reducido y el superreducido.
- El tipo general del 21% es el que se lleva la palma, aplicándose a la mayoría de los bienes y servicios. Casi todo.
- Luego tenemos el reducido, al 10%. Este ya es para cosas más concretas, como ciertos alimentos, servicios esenciales tipo transporte de viajeros, la hostelería, y la construcción de viviendas nuevas.
- Y el más bajito, el tipo superreducido del 4%, reservado para lo imprescindible: alimentos básicos, medicamentos… lo esencial.
Exenciones y Tasas Reducidas
Pero ojo, que aunque el IVA parezca que está en todos lados, existen ciertas exenciones y tasas reducidas. Estas se aplican a productos y servicios muy específicos. Y estas exenciones, bueno, pueden ser un mundo y variar bastante entre países, pero lo habitual es que incluyan servicios como la educación, la sanidad o los financieros.
Aquí en España, por poner un ejemplo, productos alimenticios básicos como el pan o la leche pueden tener esa tasa superreducida del 4%. Otros productos esenciales, a veces, incluso pueden estar temporalmente exentos del IVA. La idea detrás de estas exenciones y tipos más bajos es, al final, facilitar el acceso a bienes y servicios que son… bueno, esenciales para todos, especialmente para quienes tienen ingresos más ajustados.
¿Cómo se Calcula el IVA?
Calcular el IVA… a primera vista puede asustar un poco, ¿no? Pero en realidad, las fórmulas son bastante sencillas. Si no quieres liarte con números ni operaciones raras, lo más fácil es usar nuestra Calculadora de IVA.
Pero si quieres saber cómo va, para sacar el IVA sobre un importe neto, solo tienes que multiplicar ese importe por la tarifa de IVA que toque. Por ejemplo, si un producto cuesta 100 euros sin IVA (neto) y el IVA es del 21%, pues el IVA serían 100 x 0.21 = 21 euros. El precio final, el bruto, 121 euros.
Y al revés, si tienes el precio con IVA incluido (el bruto) y quieres saber cuánto era sin él, divides el importe bruto por (1 + tarifa de IVA). Siguiendo el ejemplo: 121 euros brutos, con un IVA del 21%, el neto sería 121 / 1.21 = 100 euros.
Este sistema asegura que el IVA se calcule y aplique de forma justa y precisa. Y así, las empresas pueden llevar sus obligaciones fiscales al día, eficientemente.
Declaración y pago del IVA
Ahora, ¿quién tiene que declarar el IVA? Pues aquí entran en juego todos aquellos profesionales autónomos, la gente que alquila inmuebles, las sociedades mercantiles y los promotores inmobiliarios que tengan actividades empresariales.
Para esto, en España, el papel estrella es el modelo 303. Ahí se declara el IVA soportado que te puedes deducir, o sea, el de las compras que están directamente relacionadas con tu actividad como empresario. Las declaraciones pueden ser cada mes, cada trimestre o una vez al año, todo depende del volumen de negocio que tenga la empresa.
Cumplir con esto, y hacerlo bien y a tiempo, es… crucial. Más que nada para evitar sustos con Hacienda, sanciones y auditorías, que pueden acabar en multas gordas y otros líos legales.
En estas declaraciones, las empresas tienen que informar del IVA repercutido y del IVA soportado. Vemos ahora qué es cada uno.
¿Qué es el IVA repercutido o devengado?
Cuando oyes hablar de IVA devengado o IVA repercutido, que es lo mismo, se están refiriendo al impuesto que un empresario cobra cuando vende un producto o presta un servicio. Así de simple.
¿Qué es el IVA soportado?
Este IVA, el que cobras, lo apuntas en tus libros y lo comparas con el IVA soportado. El soportado es el impuesto que la empresa paga al comprar bienes y servicios que necesita para su actividad.
Y de esa resta, entre el IVA devengado (el que cobras) y el soportado (el que pagas), sale lo que te toca ingresar al Estado. Ojo, que a veces sale a devolver, si has pagado más IVA del que has recibido.
Gastos deducibles del IVA
Hacienda, la Agencia Tributaria, te deja deducirte unos cuantos gastos. ¿Cuáles? Pues mira, se incluyen los alquileres y cánones (como el de la oficina), los servicios de profesionales independientes –abogados, notarios–, y otros servicios externos que necesites para tu negocio: suministros, publicidad, el teléfono…
También cuentan como deducibles los bienes de inversión que se tienen que amortizar. Y los vehículos, con sus gastos asociados, siempre y cuando, claro está, estén ligados a la actividad de la empresa.
Gastos no deducibles del IVA
Pero no todo vale, claro. Hay gastos que no cuelan. Aquellos que no tengan una relación directa con tu actividad profesional, como invitar a espectáculos o servicios recreativos, esos no se pueden desgravar. Y, fundamental, cualquier gasto que no tenga su factura o recibo en regla, pues tampoco se puede deducir. Olvídate.
El IVA soportado y el IVA deducible
Es fácil liarse un poco con esto del IVA soportado y el deducible, aunque van de la mano. El IVA soportado es el que el empresario paga en las compras. Simple. Mientras que el IVA deducible es la parte de ese soportado que, efectivamente, te puedes restar en tu declaración del IVA. Para que el IVA de una compra sea deducible, tiene que estar directamente vinculado a la actividad económica de la empresa. Y, por supuesto, bien registrado.
Impacto del IVA en la Economía
El IVA no es un impuesto cualquiera; su impacto en la economía y en cómo consumimos es… bastante gordo. Como es indirecto, pues eso, el IVA encarece el precio final de los productos y servicios. Y claro, esto puede mover la aguja de la demanda y el consumo.
Pero por otra parte, para el gobierno es una mina de oro, una fuente de ingresos clave que permite financiar servicios públicos y programas sociales. El “pero” viene porque a veces se le ve como un impuesto un poco injusto, regresivo le llaman. ¿Por qué? Porque afecta a todos por igual, tengas mucha o poca pasta. Esta característica, pues, ha generado sus debates sobre si el IVA es equitativo y cómo impacta en los diferentes bolsillos.
Conclusión
Así que, resumiendo un poco todo esto, el IVA es una pieza clave, fundamental sí, en el sistema fiscal de cualquier país. Juega un papel crucial, crucial de verdad, en cómo se recaudan los ingresos públicos y afecta, de lleno, a la economía y a nosotros, los consumidores.
Entender bien qué es, cómo va esto del IVA, y cómo se aplica, es vital. Tanto si eres consumidor como si llevas un negocio. Permite una gestión fiscal más eficiente y, sobre todo, cumplir con lo que toca legalmente. Y como las leyes fiscales no paran quietas, pues toca estar al día sobre las últimas normativas y prácticas del IVA. Para gestionar bien los impuestos y, de paso, contribuir a un desarrollo económico que sea sostenible.
